EL 6 DE AGOSTO
Bajo un despejado cielo
el 6 de agosto en Junín
se empieza a poner fin
a despiadado flagelo.
En ese bendito suelo
el hombre sujeta la crin
y con decidido mohín
blande su sable para el duelo.
Y en esa franca batalla
todo el pundonor lo entalla
luego de ir perdiendo.
Hasta que con triunfo rotundo
con su sable furibundo
al coloniaje va sometiendo.
© 1986 Luis Bárcena Giménez
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