DESPEDIDA DE LA ESCUELA
Siento tristeza al dejarte escuela mía
después de muchos años compartidos
siento acelerarse los latidos
en mi pobre corazón sin alegría,
quiera Dios y la suerte que un día
pueda verte otra vez en el camino
que recorría cual asiduo peregrino
para buscar el néctar delicioso
del estudio, del trabajo provechoso
que formó en mi alma un buen sino.
Ya me voy lejos de tus muros
que encierran los recuerdos imborrables
las lecciones y tareas saludables
que me forjaron sentimientos puros,
me voy... nos vamos... ¡tan seguros!
de seguir por la senda de nuestro Dios
del deber, la virtud que inculcaste vos
la sapiencia con la cual la vida afronto
por eso yo te digo un ¡hasta pronto!
porque no me nace la palabra del adiós.
© 1986 Luis Bárcena Giménez
Adios 937, no fue mi escuela pero conocí sus muros, el patio al que rodeaba una buganvilla, los maestros que fueron de lo mejor, las celebraciones alusivas a fechas notables, la confraternidad entre alumnos y profes, la sencillez con que nos acogió el director del colegio.
ResponderEliminarUn brindis por los que ya no están.